En la localidad de Salduero, en España, se celebra desde hace años un rito tradicional: los hombres solteros buscan el pino más alto, largo y recto del bosque, lo cortan, lo pelan y lo empalan en la plaza del pueblo. Un rito violento y masculino que marca la primavera y el inicio de una época de fertilidad.

Esta historia me acompaña desde que nací. Una historia que escuché fragmentada, llena de misterio. Un secreto muy bien guardado por mi familia, contado por las mujeres de generación en generación, en voz baja y con vergüenza. Desde que soy chica da vueltas en mi cabeza en un intento de reconstrucción y entendimiento de los hechos, y aunque quise taparla u olvidarla, permanece siempre presente.